Emil Zatopek: La Locomotora Humana

Cuando estudiaba Educación Física en Valencia escuché hablar por primera vez de Emil Zatopek. Todo lo que nos dijeron en aquellas clases es que Emil había revolucionado el mundo del entrenamiento de las carreras de larga distancia inventando un nuevo sistema de entrenamiento que hoy día sigue utilizándose: el Fartlek. Pero hablar de Emil Zatopek hace que tengamos que cambiar la perspectiva que en la actualidad tenemos del deporte. El mundo de marcas, patrocinios, sustancias dopantes y contratos publicitarios no existía en aquella época, una época en la que el deporte no era aún una industria, pero donde sí cabían héroes de leyenda como Emil Zatopek.

Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, aunque casi por casualidad, Zatopek ya había tenido contacto con las carreras. En la escuela de ejecutivos de la fabrica de calzado Bata, los jóvenes estudiantes tenían que participar en eventos deportivos como parte de su formación. Aquel estudiante desconocido inventó una excusa para no tener que participar en la carrera que la empresa había elegido, pero el médico de la empresa descubrió la artimaña y Emil se vio forzado a correr. Era la primera vez que Emil participaba en una carrera, al acabar en segundo puesto el público concentrado en la meta le aplaudió. Emil dijo posteriormente que esa sensación le gustó tanto que nunca más dejó de correr. Emil comenzó a acudir a las sesiones de entrenamiento y a participar en otras carreras, pero algo peor estaba por llegar.

La Segunda Guerra Mundial, la ocupación Nazi de Checoslovaquia y su posterior liberación a cargo de la Rusia de Stalin, interrumpieron la vida y la carrera de Emil, que justo tras la liberación se alistó en el ejercito Checoslovaco. De hecho, Emil fue el único representante Checoslovaco en el Campeonato que las fuerzas aliadas celebraron en Berlín al acabar la Segunda Guerra Mundial. Muchos en el público se mofaron de su pobre atuendo al verle en soledad tras el cartel de su país. Lo que todos ellos ignoraban es que aquel desgarbado soldado, con su calzón corto y su viejo y descolorido chandal  iba a revolucionar el mundo de las carreras de larga distancia. En los siguientes 10 años Emil Zatopek ganaría cuatro oros olímpicos, campeonatos europeos, batiría 18 records mundiales, logrando ganar en los Juegos Olímpicos de Helsinki 52, todas las pruebas de fondo en atletismo, los 5.000, los 10.000 y la marathon. Una gesta que no ha sido igualada jamás. En esos años Zatopek participó cientos de carreras logrando un récord imponente de 69 victorias consecutivas en diferentes distancias.

Todo aquello sólo era posible porque Emil amaba correr. Durante su formación en el ejercito, al terminar la jornada, Emil se enfundaba sus botas, cogía su linterna y corría 20 millas por el bosque en plena noche. Para entrenarse para los 10.000 metros Emil comenzó a realizar esa distancia de forma fraccionada y alternando carreras a alta velocidad, con periodos de trote. Cuando le preguntaron por qué, respondió que el ya sabía correr despacio. Él quería correr más rápido durante más tiempo. Sin embargo, según el mismo Zatopek, su éxito no sólo se debía al amor que tenía por las carreras. Zatopek decía que el amor a su esposa, la también atleta Dana Zátopková, era la inspiración de su carrera. A veces incluso, Zatopek combinaba sus dos grandes amores, realizando carreras de entrenamiento por el bosque llevando a su esposa a cuestas. Zatopek  batió 18 records mundiales, en una muestra de su carácter él mismo destaca el hecho de que todos sus records mundiales fueron después de casarse con Dana, su inspiración en la vida y su inspiración para correr.

Pero Dana no era su único apoyo en las pistas, de hecho Emil era conocido por ser bastante charlatán en todas las pruebas y por hacerse acreedor de la amistad y el respeto de muchísima gente dentro y fuera ellas. Es especial el caso del francés de procedencia argelina Alain Mimoun. Alain había terminado segundo en los 10.000 metros en Londres 48, detrás de Emil Zatopek.  Después de las olimpiadas el propio Emil le invitó a Praga donde quería que se casara con una amiga suya. Pero el telón de acero lo impidió y Alain tuvo que volver a Francia, donde siguió entrenándose para las siguientes olimpiadas. En los siguientes Campeonatos Europeos en el 50, Alain consiguió dos platas detrás de Zatopek. En las siguientes olimpiadas, Helsinki’52 ambos repitieron 1er y 2º puesto en los  10.000 y los 5.000m. Esta última carrera, es considerada por muchos amantes del atletismo la carrera más memorable de la historia, donde Zatopek superó a todos sus rivales y dejó atónito a todo el mundo. Con el tiempo los periodistas llegaron a llamar a Mimoun «la sombra de Zatopek». Sin embargo, Emil y Mimoun siguieron siendo grandes amigos. Zatopek era conocido por su estupendo carácter. Sus habitaciones en los hoteles parecían más centros sociales. Tras sus dos victorias en Helsinki, ante lo corto del equipo Checo, Zatopek pidió participar en la marathón olímpica. Zatopek debutaba en la distancia pero, tras haber ganado los 5.000 y los 1o.ooo, los ojos del mundo estaban sobre él. Jim Peters, recordman mundial en la distacia intentó sacar partido de la inexperiencia de Emil imponiendo un ritmo infernal desde el inicio de la prueba. Zatopek se le acercó poco antes de la mitad de la prueba y le preguntó si no estaban yendo demasiado rápido para ser una marathon. Peters, por supuesto, contestó que no, esperando que Zatopek cayera presa de la fatiga y el sofocante calor de aquel día. Pero Zatopek, tras insistir de nuevo en la pregunta y recibir idéntica respuesta, aceleró y Peters lo perdió pronto de vista hundiéndose en la carrera. Cuando Emil cruzó la meta el estadio entero enloquecía, sus compañeros que fueron a saludarle al terminar la prueba se encontraron con que el equipo jamaicano ya lo había tomado a hombros y lo paseaba dando una vuelta de honor al Estadio Olímpico,

Pero volvamos a Zatopek y Mimoun. Pasaron los años y ambos se volvieron a encontrar en Melbourne 1956. Mimoun tenía 34 años y Zatopek 35. Tras fracasar en los 10.000m donde Mimoun acabó decimoprimero, Mimoun pidió participar en la marathón. Muchos dijeron que Mimoun estaba acabado, pero tras convencer a los delegados federativos para que lo inscribieran Mimoun se enfrentó de nuevo a Zatopek en lo que él sabía que era su última carrera juntos en unos Juegos Olímpicos, su última oportunidad de vencer al hombre que siempre le había ganado en los 10 últimos años. Mimoun logró imponerse contra todo pronóstico en una prueba durísima por el axfisiante calor de Melbourne. Cruzó primero la meta y cuando vio a Zatopek llegar en sexto lugar, abrasado por el calor, se plantó ante Emil y le dijo que podía felicitarle: había acabado primero. Emil Zatopek se levanta, se saca la gorra empapada en sudor, se cuadra ante Alain Mimoun, le abraza, le besa y le dice que aquello valía para él más que todo el oro del mundo.

Así era Emil, una persona que en la adversidad sacaba lo mejor de sí. Emil se retiraría de la competición dos años después de las olimpiadas de Melbourne. Pero las pruebas que tuvo que soportar no quedaron allí, su apoyo al disidente Alexander Dubcek durante la primavera de Praga en 1968 le condenó al un duro ostracismo bajo el régimen de la URSS. Zatopek tuvo que subsistir trabajando de barrendero. El régimen le ofreció un puesto de representación si le daba su apoyo, pero Emil decidió que era mejor limpiar letrinas. Es en ese momento, donde Emil tiene otro gesto que vuelve a elevarlo a la categoría de héroe. En ese año, recibió la visita en Praga de Ron Clarke. Clarke era un corredor australiano, una especie de antítesis de Emil Zatopek. Ron era guapo, rico y libre. Sin embargo, Ron era un fracasado ante los australianos. A pesar de que Ron había batido diversas plusmarcas también había fracasado en las carreras más importantes. Después de obtener el último de sus fracasos en los Juegos Olímpicos de México, Ron realizó una visita de cortesía a Emil, justo en la época en la que Emil comenzaba a sufrir la opresión del Régimen. Cuando abandonó su casa, antes de regreso a Australia, Ron vio que Emil introducía a escondidas algo en su maleta. No se atrevió a abrirlo hasta que llegó a su destino temiendo que fuera algún envío para el exterior, algún mensaje para el otro lado del telón de acero. Cuando Clarke abrió su maleta descubrió la medalla de oro que Emil había ganado en los 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de  Helsinki. Emil le había hecho a su sucesor en los libros de records el mejor regalo, justo en su momento más difícil. Clarke dijo después que no ha habido ni habrá jamás otro hombre como Emil Zatopek.

Y eso es Emil para mí, un verdadero ejemplo como deportista y como persona. Una vída de héroe, una inspiración, una persona que ha reflejado en el deporte y en su vida los valores más importantes, la lucha, el esfuerzo, la lealtad, la amistad y el amor por lo que haces y por la gente que te rodea. Aún en 1988 al conceder la entrevista que podéis ver en los siguientes vídeos, Emil conservaba en la mirada esa chispa, ese brillo en los ojos que identifica a esa clase especial de personas a las que pertenecía.

Entrevista a Emil Zatopek en Helsinki, 1988.

Zatopek en los juegos de Helsinki en 1952, donde ganó 3 oros en 5000, 10000 y la marathón:

Alain Mimoun habla de su carrera y su relación con Emil Zatopek:

 

Fuentes:

Christopher McDougall: Nacidos para correr. Ed. Debate, 2011.

Jean Echenoz: Correr. Ed. Anagrama, 2010

http://es.wikipedia.org/wiki/Emil_Z%C3%A1topek

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zatopek.htm

http://www.efdeportes.com/efd29/zatopek.htm

http://www.lavanguardia.com/cultura/20100914/54002906937/jean-echenoz-publica-correr-que-novela-la-vida-de-emil-zatopek.html

 

8 comentarios en “Emil Zatopek: La Locomotora Humana”

  1. Conocía sus méritos deportivas sin más, pero viendo y leyendo su historia, se me ponen los pelos de punta, un ejemplo de superación y de valores humanos!!!

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  2. No conocía a este corredor, pero gracias a este articulo lo he conocido
    Me he dado cuenta que fue un gran corredor, y amaba su deporte, cosa que ahora mismo pocos lo hacen.

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  3. Me parece interesante que el cuerpo humano pueda llegar a esos limites por lo que nada es imposible y puedes alcanzar todo lo que desees siempre que no seas un vago. Un Saludo.

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  4. Gran atleta que entrenaba y competía haciendo lo que le gustaba sin ningún ánimo de lucro y trabajaba duro por superarse a sí mismo utilizando su técnica de entrenamiento el Fartlek. Una gran persona a parte de un gran corredor que ha tenido que superar las adversidades de la época. Me inspira no solo a hacer deporte sino también a luchar por lo que quiero esforzándome día a día por ello hasta lograr alcanzar cualquier meta que me proponga.

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